Post de Álvaro Pardo
Hay una frase hecha que coloquialmente uso
bastante y me permito la confianza y libertad de aplicarla a este contexto para
abrir este post:
“¡Los INFLUENCERS mandan y el resto andan!”
Es así, en la actualidad la mayoría usuarios de
redes sociales tenemos algún Influencer
en nuestro timeline. Estos usuarios
cuentan con gran número de seguidores y buena reputación, por lo que sus post
tendrán un alcance increíblemente interesante para muchas empresas, que desearán
contar con su colaboración como “escaparate” para sus productos o promociones.
La moda es sin lugar a duda uno de los sectores
que más explota esta forma de posicionamiento en redes sociales. Más allá de un
buen perfil, en ocasiones es mucho más rentable que alguien con muchos
seguidores muestre los productos.
Focalizando la atención de este post en la moda
y la plataforma Instagram, se me
vienen a la mente muchos nombres de Influencers
que han ido aumentando considerablemente sus seguidores y que actualmente, han
llevado su afición a un nivel de profesionalización tan elevado que se pueden
permitir el lujo de poner precios (en algunos casos astronómicos) a sus
colaboraciones con marcas.
Pero, ¿qué pasaría si todos pudiéramos ser un
poco Influencers? Y lo que es más
interesante aún, ¿cómo afectaría a los Influencers
con nombres y apellidos reconocidos que todos pudiéramos ser embajadores de
marcas?
La respuesta a estas preguntas ha llegado. Hace
escasamente un año, nacía 21 Buttons,
una nueva red social que permite a todas las personas amantes de la moda, (y en
gran medida de la red social Instagram,
debido a la similitud de funcionamiento) ganar dinero por mostrar sus outfits.
Instagram nació como una app para editar y compartir
fotografías y, con el uso, todos la hemos convertido en un gran escaparate de
marcas. 21 Buttons es desde su inicio
un escaparate virtual, en el que todas las marcas tienen cabida. Es tan simple
como seleccionar una foto, etiquetar (mediante buttons) las prendas de ropa que llevamos y compartirla. Nuestros
seguidores podrán ver de donde son esas prendas, y acceder directamente a la
tienda on-line de la marca y poder comprarla. Si esto sucede, nuestro perfil
recibirá una pequeña recompensa económica, acumulable y canjeable al llegar a
los diez euros. Por tanto, es en este momento en el que todos los usuarios
pasamos a ser Influencers amateur y a
obtener retribución económica por ello.
21
Buttons irrumpió en el top five de apps más descargadas en su
primer año de vida y, pese a que llegó antes a los terminales iOS que a
Android, eso no impidió que la plataforma nacida en Barcelona se extendiera
rápidamente.
A pesar de todo esto, los grandes Influencers de nuestro país cuentan aquí
también con perfiles de éxito, generando no solo ingresos a las marcas, sino
también ingresos directos para ellos mismos, por lo que no les ha influido que
todos podamos ser pequeños Influencers.
Esta App supone un cambio de roles muy
interesante para todas las marcas. Gracias a 21 Buttons, no tienen que contactar con Influencers ni pactar las campañas, sino que aprovechan que sus
clientes comparten sus prendas y ponen los links para que otros usuarios puedan
acceder directamente a las tiendas on-line y adquirirlas.
Solo el tiempo dirá si este es el fin del
término Influencer tal y como lo
conocemos hasta ahora o si realmente los grandes Influencers actuales no tendrán dificultades para seguir ejerciendo
como tal.
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