Post de Laura Quiñoy
Si
de repente comenzara a escribir este post sin ningún tipo de puntos o comas
sería muy difícil poder leerlo y entender el mensaje final que se busca
transmitir y posiblemente nadie continuaría leyendo por la dificultad que
presenta leer un texto de esta forma.
Rebobinamos
y comenzamos de cero. Quería decir que
si, de repente, comenzara a escribir este post sin ningún tipo de puntos
o comas, sería muy difícil poder leerlo y entender el mensaje final que se busca
transmitir. Además, posiblemente, nadie continuaría leyéndolo por la dificultad
que presenta leer un texto de esta forma.
En
esto consistió la clase sobre comunicación escrita: en destacar la importancia de saber
escribir y conseguir que nuestro mensaje llegue al destinatario. Desde siempre nos
han enseñado que, para enviar un mensaje, necesitamos un emisor y un receptor
pero, ¿qué ocurre cuando nuestro emisor no sabe enviar ese mensaje? Pues que el
receptor no lo recibe o, si lo hace, seguramente no sea como en un principio se
esperaba. Ocurre algo así como con el teléfono estropeado.
En
la clase impartida por Olga Casal no sólo refrescamos conocimientos en cuanto
al uso de las normas de ortografía y de los signos de puntuación, sino que
también aprendimos a realizar distintos documentos como una carta, una invitación
o un saluda.
Escribir
una carta puede parecer algo sencillo; ponemos la fecha, decimos a quién va
dirigida, indicamos el asunto, saludamos, la escribimos y nos despedimos. Pero
si lo que queremos es elaborar correctamente este documento, debemos prestar
atención a muchos otros detalles. Por ejemplo, en cuanto al saludo es importante
saber cómo tenemos que dirigirnos a la persona a quien escribimos, conocer los
tratamientos es vital. Por otra parte, en cuanto al texto de la carta, también
conviene ordenar las ideas e ir exponiéndolas de forma que queden claras para
la persona que la va a leer. No sigamos el ejemplo de Cristina Kirchner cuando
envió esta carta al Papa Francisco.
Por
otra parte, hay que tener en cuenta algunos pequeños detalles en los que no
siempre reparamos, pero que marcan la diferencia. No se debe abrir una botella
de bebida con gas al lado de la carta, las gotas casi imperceptibles de gas
escapan y podrían mancharla, las personas que lleven maquillaje deberán tener
cuidado si se tocan la cara y luego el papel, esas manchas también se ven.
También es importante reparar en las uñas pintadas, pues un “rascazo” podría
echar a perder todo el trabajo que se ha hecho.
En
la segunda parte de la clase realizamos una práctica en la que pusimos en
marcha estos nuevos conocimientos adquiridos. Consistía en la elaboración de
una invitación a un evento y una carta dirigida al alcalde de A Coruña
pidiéndole que realizara el discurso de apertura de un acto. Para ello nos
dividimos en grupos de cuatro personas y nos pusimos manos a la obra. Hay que
decir que el resultado fue muy positivo y que ahora ya sabemos todo aquello que
no debemos hacer cuando queremos realizar documentos escritos.
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