Post de Alba Salgado
Último día de clase de este
postgrado y qué mejor manera que terminarlo que de la mano de su directora Olga
Casal y su clase de imagen personal en el mundo profesional, donde la etiqueta adquiere
una gran relevancia además de otra serie de factores que, en primera instancia,
para nosotros parecían insignificantes.
Seguramente cuando nos dicen la
palabra “etiqueta” el primer pensamiento que tenemos es cómo vestirnos para una
boda o para cualquier acto.
Efectivamente la etiqueta es cómo
vestirnos correctamente para diferentes eventos dependiendo del tipo de reunión
al que asistamos, la hora, el lugar, entre otros muchos factores. Pero algo muy importante, que forma
parte de la etiqueta, es el comportamiento.
Actualmente, la sociedad considera
la imagen como un factor muy importante para la vida, tanto a nivel laboral como
personal, pero la imagen no corresponde solo con el físico. La buena imagen no
es solamente vestir bien, sino también una serie de actitudes o valores.
En primer lugar hablemos del ¿qué
me pongo? de cara al mundo profesional. La repuesta a esta pregunta es que
debemos ponernos una vestimenta adecuada a cada situación. Pongamos un ejemplo;
no es lo mismo ser tatuador que un alto directivo de una empresa, ya que el
tatuador vestirá de una forma más moderna y juvenil, mientras que el ejecutivo
deberá de ir más sencillo y elegante. Eso sí, teniendo siempre presente nuestra personalidad
y sobre todo que debemos sentirnos a gusto con nosotros mismos, ya que así
proyectaremos más confianza.
Ser tatuador o ejecutivo es
indiferente a la hora de tener unas pautas válidas. Tanto para ellos como para
todos nosotros la higiene y el aseo personal son iguales o incluso más
importantes que la etiqueta. Una barba bien afeitada, un maquillaje discreto o
unas manos cuidadas pueden llegar a decir mucho de nosotros. Como podemos ver,
la etiqueta no es solo el buen vestir, sino que hay otra serie de factores que
influyen para tener una buena imagen personal, como es nuestra comunicación no
verbal. No solo sirve con llevar un buen traje de una buena marca sino que
debemos sentirnos a gusto con nosotros mismos y eso nos llevará por el camino
de la seguridad.
Pero, ¿por qué necesitamos tener
una buena imagen? Esta pregunta se puede hilar con lo dicho anteriormente: si
nos sentimos cómodos con lo que llevamos y tenemos seguridad en nosotros
podemos proyectar credibilidad, confianza, profesionalidad y esa seguridad de
la que estamos hablando continuamente.
Olga en esta clase dijo una frase
que deberíamos recordar de ahora en adelante: “Proyecta lo que quieras ser”.
En definitiva, etiquetas, actitudes,
aspectos visuales, comportamiento, la suma de todo es lo que forma una buena
imagen personal.
Por eso todos nosotros debemos formar
y cultivar una buena imagen personal, ya que con ella es con lo que se queda
todo el mundo de nuestro alrededor.
Finalmente, quiero añadir que se
podría entrar en debate sobre la imagen personal y, por supuesto, cada uno
tendrá su opinión y diferentes puntos de vista, pero está claro que estas son
las bases fundamentales para poder llegar a esa buena imagen personal.
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