Post de Teresa Chouciño
A todos nos gusta conocer la
utilidad que tiene nuestro esfuerzo y dedicación. Además, como seres sociales
que somos, también nos gusta formar parte de un grupo que comparte objetivos y
metas.
Trasladando estas ideas tan
sencillas al plano empresarial es fácil llegar a la conclusión de que una buena
comunicación interna es necesaria e importante para promover un buen ambiente
laboral y, de esta forma, mejorar la productividad de la organización.
Las empresas deben tener en
cuenta que para cumplir con sus objetivos requieren de un equipo humano
debidamente capacitado, informado y comprometido. En ese sentido, la
comunicación interna cumple un rol fundamental. Sin ella, nada de lo dicho
anteriormente sería posible. Además de tener una buena estrategia, hay que
saber comunicarla a toda la organización, que la acepten y la hagan suya, para
lograr una buena ejecución.
Podríamos definir la
comunicación interna como aquella que tiene por objetivo transmitir todo tipo
de información entre la dirección y los empleados, desde los empleados a la
dirección y entre los propios empleados. Aunque es frecuente que se descuide
este aspecto en las empresas, sabemos que en realidad es una práctica muy
importante y a continuación veremos todas las ventajas que aporta.
En primer lugar, crea un gran
sentido de pertenencia y mejora la motivación del grupo. Son conscientes de la
importancia y el papel que cada uno tiene en la empresa y de que se cuenta con todos
ellos para tomar posibles decisiones que determinan el futuro de la compañía.
Es importante que existan canales
adecuados para la transmisión de la información. Puede realizarse a través de
correos electrónicos, paneles informativos, reuniones, entrevistas personales…
Según la información que se quiera transmitir habrá que elegir el más idóneo,
pero teniendo siempre en cuenta que ninguna herramienta puede sustituir a la
comunicación interpersonal.
Además, el mensaje que llegue
debe ser claro e importante para todos. La información debe ser veraz,
accesible, transparente y honesta. De esta manera conseguiremos que todo gire
en torno a beneficios verdaderos para los empleados y la organización.
Debemos fomentar la
comunicación para estimular el intercambio de ideas y mejorar el aprendizaje de
toda la organización. La productividad total de la empresa mejora cuando
facilitamos el intercambio de información, sin mayores burocracias. Este
intercambio también promueve la confianza y facilita la comunicación constante entre
directivos y empleados. Todo ello se traduce en un buen clima de trabajo que, a
su vez se refleja en un mejor servicio al cliente.
Permite que los empleados estén
al tanto de los objetivos de la empresa y lo que deben hacer para contribuir al
cumplimiento de estos. Del mismo modo, la dirección se nutre de nuevas
propuestas que pueden mejorar la organización. Cada uno comprende su papel y es
capaz de compartir y reaccionar tanto ante las alegrías como ante las malas
noticias. Además, la adaptación a posibles cambios dentro de la organización
por crisis internas o externas se realizará más fácilmente.
Esto
se puede ver también en sentido contrario. Si no hay comunicación, los
trabajadores se sienten aislados, pierden la motivación de grupo y el rendimiento
empeora. Perciben que no se les tiene en cuenta para el futuro por lo que se
vuelven menos responsables. La sensación general es que cada uno habla un
idioma distinto y esto lleva a que las operaciones se realicen de forma
desordenada, prestando un mal servicio al cliente.
Como
decíamos al comenzar, a todos nos gusta saber…
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