Crónica de Mónica Martínez Lema
Desde
el primer minuto de su intervención, Mar Castro contagia entusiasmo y pasión
por su trabajo. Especialmente entregada estuvo en las cuatro horas dedicadas al
Protocolo Social, “su amado protocolo social”, por ello espero que Mar nos
perdone tanta algarabía durante la tarde del viernes, un poco contraria al
saber ser y saber estar que rige el protocolo en general. Como ella advirtió en
más de una ocasión, está acostumbrada a las horas más difíciles de las
ponencias, y estas lo eran, nada más y nada menos que las últimas cuatro horas
del curso. Para colmo, la mayoría (de las chicas) aún sin saber que iban a
ponerse el sábado para la ceremonia de clausura.
En
cualquier caso, creo que a ninguno de nosotros nos ha quedado duda alguna de
que practicando todas las recomendaciones del protocolo social obtendremos
muchos beneficios tanto en el terreno profesional como en las relaciones
humanas. Seguiremos tocándonos demasiado, mirándonos mucho a los ojos, siendo
poco prudentes y continuaremos abusando del tuteo, eso sí lo haremos en el
momento oportuno y de forma tan natural y segura que conseguiremos transmitir
credibilidad y confianza para convertirnos en nuestro mejor embajador.
Hemos
adquirido los suficientes conocimientos para resistirnos al primer impulso,
alabar siempre lo bueno de los demás y suprimir los reproches…también con
naturalidad. Vamos a concentrarnos en dar respeto.
Aunque
desde el siglo XI hay tratados de urbanidad, Bárbara está ya más tranquila
porque, afortunadamente, algunas normas se han adaptado a nuestros tiempos e
incluso algunas han desaparecido. Y en este aspecto, el ‘depende’ se hace más
protagonista, sobre todo si se trata de culturas diferentes. Así, sabremos que
un inglés no estará actuando mal si come con la mano izquierda bajo la mesa,
salvo si lleva mucho tiempo ya en España porque entonces habría que recordarle
lo de que “donde fueres haz lo que vieres”.
En
definitiva, Mar nos ha recordado cuándo y a quién hay que ceder el paso, que
podremos fumar antes o después de los postres según haya o no personalidades,
lo que debemos hacer cuando nos da un ataque de tos, cuando bostezamos o cuando
nos atacan picores indeseables…y aunque ya no lo haremos en el aula 2 de la
Facultad de Comunicación, también sabemos que no debemos arrastrar las sillas!
Nos
portaremos mejor al volante, sabremos en qué orden presentar a la gente, en que
situación dar la mano, un beso en la mejilla -sin dejar marcas de carmín- o un
abrazo. Avisaremos antes de hacer una visita, seremos puntuales, nos iremos a
horas prudentes o aplicaremos la firmeza para echar elegantemente a nuestras
visitas porque sabremos ser los perfectos anfitriones tanto para
organizar una cena, una fiesta en el jardín o una noche de fútbol, con plan B
incluido. Siempre plan B.
Todo
es más fácil si aplicamos el ‘sentidiño’, mostrando siempre nuestra
sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario