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12 jun 2013

Comunicación No Verbal. Mar Castro en el postgrado de Protocolo de la Universidade da Coruña

Postgrado Protocolo, Comunicación e Imagen Corporativa. Universidade da Coruña

Crónica de Verónica Rey Paz

Ni la zeta ni la eme ni la hache le hicieron falta a Mar Castro para mirarnos a todos y a cada uno de los alumnos que escuchábamos atentos su clase de oratoria. Nos  sumergió en la explicación sin que nos diéramos ni cuenta, haciendo gala de las técnicas de comunicación que, poco a poco nos fue enseñando. 
Además de explicarnos cómo expresarnos en la palabra hablada, Mar Castro nos mostró mediante un divertido ejercicio práctico, la importancia que adquiere la comunicación no verbal a la hora de difundir un mensaje. En ocasiones, no le damos demasiada importancia a lo que transmitimos con nuestras manos, los pies, la mirada o incluso la forma en la que hablamos, pero para un orador experto el control de la comunicación no verbal es un requisito imprescindible.

Ni la zeta ni la eme ni la hache le hicieron falta a Mar Castro para mirarnos a todos y a cada uno de los alumnos que escuchábamos atentos su clase de oratoria. Nos  sumergió en la explicación sin que nos diéramos ni cuenta, haciendo gala de las técnicas de comunicación que, poco a poco nos fue enseñando.   Además de explicarnos como expresarnos en la palabra hablada, Mar Castro nos mostró mediante un divertido ejercicio práctico, la importancia que adquiere la comunicación no verbal a la hora de difundir un mensaje. En ocasiones, no le damos demasiada importancia a lo que transmitimos con nuestras manos, los pies, la mirada o incluso la forma en la que hablamos, pero para un orador experto el control de la comunicación no verbal es un requisito imprescindible. Pues bien, si lo que queremos es hablar en público, por donde debemos comenzar es por querer hacerlo. Disfrutar y dominar el miedo que asola a la mayoría en estas situaciones, nos facilitará en gran medida la tarea de controlar lo que transmitimos de forma inconsciente con nuestros movimientos. Una vez motivados y relajados, trucos como gesticular de forma moderada darán énfasis y veracidad a lo que estemos contando, además de ayudar a subir el tono de voz a esas personas a las que les cueste un poco más vencer la timidez. Cuidado con las manos, pueden traicionarnos sin querer, revelando aspectos de nuestro estado de ánimo que no queremos dar a conocer. También los movimientos en el escenario deberán ser tranquilos y naturales, para que nuestro público pueda seguirnos con la mirada al mismo tiempo que nosotros a ellos, pues el contacto visual cobra una importancia vital en la conexión con nuestros oyentes. Debemos comprender que una de las funciones de la comunicación no verbal puede ser sustituir a las palabras. Aquí tenéis un ejemplo con un toque de humor que lo explica claramente: http://www.youtube.com/watch?v=1mwrR-2-JM4 Pero en realidad, lo más importante para ser un buen orador es saber de lo que uno está hablando y dedicar a nuestros oyentes la más sincera de las sonrisas, tal y como demostró Mar Castro este fin de semana.

Pues bien, si lo que queremos es hablar en público, por donde debemos comenzar es por querer hacerlo. Disfrutar y dominar el miedo que asola a la mayoría en estas situaciones nos facilitará en gran medida la tarea de controlar lo que transmitimos de forma inconsciente con nuestros movimientos. Una vez motivados y relajados, trucos como gesticular de forma moderada darán énfasis y veracidad a lo que estemos contando, además de ayudar a subir el tono de voz a esas personas a las que les cueste un poco más vencer la timidez.

Ni la zeta ni la eme ni la hache le hicieron falta a Mar Castro para mirarnos a todos y a cada uno de los alumnos que escuchábamos atentos su clase de oratoria. Nos  sumergió en la explicación sin que nos diéramos ni cuenta, haciendo gala de las técnicas de comunicación que, poco a poco nos fue enseñando.   Además de explicarnos como expresarnos en la palabra hablada, Mar Castro nos mostró mediante un divertido ejercicio práctico, la importancia que adquiere la comunicación no verbal a la hora de difundir un mensaje. En ocasiones, no le damos demasiada importancia a lo que transmitimos con nuestras manos, los pies, la mirada o incluso la forma en la que hablamos, pero para un orador experto el control de la comunicación no verbal es un requisito imprescindible. Pues bien, si lo que queremos es hablar en público, por donde debemos comenzar es por querer hacerlo. Disfrutar y dominar el miedo que asola a la mayoría en estas situaciones, nos facilitará en gran medida la tarea de controlar lo que transmitimos de forma inconsciente con nuestros movimientos. Una vez motivados y relajados, trucos como gesticular de forma moderada darán énfasis y veracidad a lo que estemos contando, además de ayudar a subir el tono de voz a esas personas a las que les cueste un poco más vencer la timidez. Cuidado con las manos, pueden traicionarnos sin querer, revelando aspectos de nuestro estado de ánimo que no queremos dar a conocer. También los movimientos en el escenario deberán ser tranquilos y naturales, para que nuestro público pueda seguirnos con la mirada al mismo tiempo que nosotros a ellos, pues el contacto visual cobra una importancia vital en la conexión con nuestros oyentes. Debemos comprender que una de las funciones de la comunicación no verbal puede ser sustituir a las palabras. Aquí tenéis un ejemplo con un toque de humor que lo explica claramente: http://www.youtube.com/watch?v=1mwrR-2-JM4 Pero en realidad, lo más importante para ser un buen orador es saber de lo que uno está hablando y dedicar a nuestros oyentes la más sincera de las sonrisas, tal y como demostró Mar Castro este fin de semana.

Cuidado con las manos, pueden traicionarnos sin querer, revelando aspectos de nuestro estado de ánimo que no queremos dar a conocer. También los movimientos en el escenario deberán ser tranquilos y naturales, para que nuestro público pueda seguirnos con la mirada al mismo tiempo que nosotros a ellos, pues el contacto visual cobra una importancia vital en la conexión con nuestros oyentes. Debemos comprender que una de las funciones de la comunicación no verbal puede ser sustituir a las palabras. Aquí tenéis un ejemplo con un toque de humor que lo explica claramente:

Pero en realidad, lo más importante para ser un buen orador es saber de lo que uno está hablando y dedicar a nuestros oyentes la más sincera de las sonrisas, tal y como demostró Mar Castro este fin de semana. 


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