Crónica de Javier Gil de Bernabé Campos
Querer
hablar en público y aprender las técnicas adecuadas. Ése es el tema a tratar.
Mar
Castro inició su ponencia refiriéndose a los datos que se reciben por medio de
los sentidos, proyectando a continuación el vídeo “Flor de desierto”, sobre el
tema de la ablación, donde la protagonista juega, en su exposición, con las emociones
y los silencios, ante un público ensimismado. Conseguir la implicación del
auditorio, a través de la emoción, debe ser uno de los objetivos del orador.
Durante la clase, algunos alumnos se prestaron voluntarios para hacer una exposición pública contando alguna historia o anécdota de su elección.
Un discurso bien diseñado debe prestar
atención a seis factores fundamentales: Tema,
Audiencia, Objetivo, Localización, Estructura y Preparación. Previendo, además,
los fallos que puedan surgir y condicionar la comunicación, como una mala
presentación y/o errónea exposición, material audiovisual no idóneo y el
público poco receptivo.
“Hablad de lo que sepáis y hasta donde sepáis”,
recomendó la profesora. En una palabra, es preciso conocer el tema del que se habla, incorporando
alguna anécdota elegante para amenizar
la charla. Resaltó también que un buen orador debe huir de la tentación de hablar
sin decir nada, de aburrir, de no comunicar adecuadamente. Debe intentar no leer, manteniendo el contacto
visual con los oyentes, pero aceptando de antemano que, normalmente, un tercio
del auditorio no estará plenamente satisfecho con la exposición.
En
cuanto a la actitud del conferenciante, Mar Castro resaltó ciertos temores que
pueden asediarle, como el sentirse muy observado, experimentar ansiedad, confesarse
incompetente, temer a la crítica o considerarse invadido por pensamientos
negativos o por el pánico. Pero también se refirió al necesario ensayo del
discurso poniendo en juego estrategias de relajación, recursos optimistas y
métodos de inteligencia emocional, con la convicción de que una sonrisa combate
el “miedo escénico”, porque estimula, y permite empatizar con el público.
Como conclusión, la
ponente recordó a los principios de la oratoria moderna: claridad, brevedad, corazón,
sencillez, elegancia en la expresión, sin olvidar que para lograr una comunicación
efectiva debemos recordar que “Si importa suficientemente un objetivo, con toda
certeza, se alcanzará”.
1 comentario:
La verdad que me vendría muy bien aprender sobre comunicación persuasiva en mi curso de celador sanitario. Creo que este tema es bueno en todos los ámbitos.
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