Texto: Comisión de Fiestas y Festejos del
Curso
Interpretación: Mª José Mato y Javier Gil de Bernabé
Fotos: María Martul
Sr. D. Juan
Videla, Decano de la
Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de A Coruña, Sra. Dª Olga Casal, Directora de este
Curso, Sra. Dª María Julia López,
experta en protocolo e Invitada de Honor de esta promoción, estimados
profesores, compañeras y compañeros, familiares y demás amigos presentes.
Buenos días.
Nosotros somos María José Mato y Javier Gil
de Bernabé. Estamos aquí en representación de nuestros compañeros del III Curso
de Protocolo, Comunicación e Imagen Corporativa de la Universidad de A Coruña.
Somos un grupo heterogéneo, tanto en
nuestra formación académica como en nuestra edad y experiencia, con una amplia
representación femenina y solo cuatro chicos. Entre los 53 alumnos, hay gente
procedente del mundo de la comunicación, el turismo, la economía, las finanzas
y las ciencias sociales, algunos con trabajo y otros muchos, por desgracia, en
búsqueda activa de empleo. Y alguno también en búsqueda pasiva.
Durante estos tres meses, hemos aprendido
el significado de la palabra precedencia, que la derecha es algo más que una
opción política, que el orden de las banderas sí altera el producto, que todos
los detalles son importantes y que siempre, siempre, siempre hay que tener un
plan B.
José Luís Delgado nos enseñó que
“hay más culos que se creen importantes que sillas”, Rafael Vidal nos dio una práctica chuleta para que no se nos olvide
el Real Decreto 2.099/83. Enrique Pena
nos ilustró sobre los secretos de la organización de congresos. El coronel Navas nos introdujo en el
protocolo militar y nos enseñó el respeto con el que debemos saludar a la
bandera.
Con Salvador Peña aprendimos a distinguir
la indumentaria universitaria y a cómo comportarnos en este escenario cuando
nos sea otorgado el Doctorado Honoris Causa. Fernando Ramos nos indicó que, si
nos invitan a la botadura de un barco, es fundamental romper la botella... pero
sobre el barco. Con Juan de Dios Orozco aprendimos que emborrachar a la
delegación contraria es una gran táctica de negociación y que, si conoces a un
chino, no hay que meterse la tarjeta de visita en el trasero.
La pareja formada por Antonio Sanjuán y
Amalia Baltar nos adiestraron sobre cómo gestionar las crisis, pero no las
matrimoniales, sino las de comunicación. Natalia Quintas nos enseñó que, aunque
no pise internet, todo el mundo tiene su huella digital y nos preparó para el
protocolo 3.0. Mar Castro nos explicó que, durante estos cinco minutos, habrá
un tercio del auditorio al que no le guste nuestro discurso.
Y, por último, nuestra directora, Olga, que empezó con el muletón y acabó con
muletas, un mal que al final fue contagioso... Gracias a ella supimos cómo
vestirnos para este acto, que Murphy existe y que siempre hay que llevar unas
medias de repuesto en el bolso. Olga también nos enseñó a hacer cronogramas,
nos dijo que cualquier espacio, bien decorado, es válido para un acto; que la
etiqueta es algo más que la cartulina donde figura el precio y también nos
enseñó a poner la mesa, para regocijo de nuestras madres.
Sin duda, han sido
unas clases intensas, en todos los sentidos. Estamos seguros de que los
próximos días echaremos de menos los madrugones del sábado, el inconfundible
aroma del café de máquina, las broncas de algún profesor cuando bajaba nuestro
nivel de atención e incluso los baches de acceso al campus. A cambio, hemos
ganado un diploma, algunos amigos y muchos conocimientos.
Con todas estas
enseñanzas, tenemos las bases para afrontar los retos del protocolo del siglo
XXI. Queremos aportar nuestro granito de arena y formar parte del grupo de
profesionales que ayuden a que esta disciplina, casi un arte, se adapte a la
nueva realidad social. Y aunque todo es negociable, menos el protocolo, como
dijo Winston Churchill, “mejorar es cambiar, ser perfecto es cambiar a menudo”.
Tanto Javier como
yo queremos agradeceros compañeros, que nos hayáis permitido hablar en vuestra
representación en un día tan especial como el de hoy. Para nosotros ha sido un
auténtico orgullo compartir tanto este discurso como los últimos meses de clase
con todos y cada uno de vosotros.
Muchas gracias.
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