Crónica: Cristina Pérez
Parapar
En nuestra segunda clase de la IV
edición del Postgrado de Protocolo, Comunicación e Imagen Corporativa, y tras
la clase magistral que el coronel José Navas impartió el día anterior, nos
adentramos al mundo del protocolo en las instituciones públicas de la mano de
Rafael Vidal Gómez de Travecedo.
La puntualidad de los alumnos y el
café de máquina fueron suficientes para cortar el hielo en este segundo día en
el que los nervios y las caras serias todavía estaban presentes. Y tras algunas
bromas empezamos con la que sería la primera de las dos clases que impartirá
Rafael Vidal en esta edición del postgrado.
“El protocolo son normas y formas”.
Así empezó una clase en la que hablamos sobre los antecedentes del protocolo y
sus diferentes definiciones, pasando por el actual reglamento de precedencias y haciendo hincapié, una vez más, en los tres
símbolos del estado: la bandera, el escudo y el himno. Y, tras una breve
explicación sobre sentencias y la administración del protocolo, nos sumergimos
de lleno en la plena ordenación de un acto, en la que hay que tener en cuenta
tanto el espacio como el tiempo y las personas. Las banderas oficiales tuvieron
su momento de protagonismo en el aula, ya que la gran mayoría de nosotros
desconocíamos la correcta colocación de las mismas en un acto. Y una vez que tuvimos claro el tema banderas, que
descubrimos cuál es la derecha y cuál la izquierda en un acto protocolario y
conseguimos aclarar cómo ordenar a las autoridades presentes en un acto en
función de su puesto y rango, llegamos a un punto, a mi entender, de gran
relevancia: las formas. Porque como bien dijo Rafael Vidal “se puede saber mucho de protocolo y ser un
maleducado”.
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Y sin olvidar citar a Quevedo:
"Te reciben como te anuncias, te despiden como te comportas".
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