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13 may 2014

Simulacro de rueda de prensa


Protocolo, Comunicación e Imagen Corporativa. Universidade da Coruña

Crónica de María Rial
Pasarme al “lado oscuro” por unos minutos ha sido muy instructivo, incómodo, pero también divertido. Después de 10 años en el pool de prensa, Carmen Costa me dio la oportunidad de colocarme frente a los medios en una de las ruedas de prensa ficticias que montamos el viernes en el salón de actos de la facultad. Tengo que reconocer que asumí el papel de directora de comunicación más por obligación que por devoción (mis compañeras desestimaron sus candidaturas al unísono) y me tocó ser la portavoz de Coca Cola en una situación de crisis. Ahí es nada.
A los profesionales de la comunicación se nos presupone cierta capacidad de palabra que, si es cierto que en las distancias cortas no nos suele faltar, esta facultad puede verse mermada cuando nos ponemos frente a un público. En mi caso (que he trabajado delante y detrás de las cámaras, pero sobre todo de plumilla), cuando el viernes fui consciente de que debía subirme a la tarima y ante 30 pares de ojos expectantes exponer los motivos por los que mi empresa había convocado la rueda de prensa, lo que realmente me apetecía era sentarme en aquella silla azul con ruedas y comenzar a girar y girar hasta salir huyendo. Lo intenté, pero no funcionó… gracias que la mesa me servía de barrera defensiva.

Protocolo, Comunicación e Imagen Corporativa. Universidade da Coruña

Probablemente uno de los principales problemas fue mi propia desinformación. Como comentó Carmen Costa, el director de comunicación debe saberlo todo de su empresa, conocer pormenores, datos y cifras al dedillo. Ese no era mi caso. Si es cierto que a lo largo de la semana me puse al día sobre la situación de Coca Cola y Coca Cola Iberian Partners. Pero obviamente, no fue suficiente. Ni bolígrafo en mano, ni las pausas en mi discurso y mucho menos el escaso contacto visual, me ayudaron a enfrentarme a mi público.
Sorprendida gratamente me quedé con la actitud de mis compañeros. Algunos parecían auténticos profesionales bordando un discurso sereno y convincente, y dando muletazos a las preguntas de los supuestos medios sin tartamudear.
Nunca dudé de la valía de los compañeros que trabajan en los departamentos de comunicación. Labor ardua, complicada en muchos casos. Pero este módulo del postgrado ha despertado en mí la curiosidad por este sector del periodismo y he comprobado que si quiero pasarme al “lado oscuro” tengo que trabajármelo y mucho.


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