
Crónica de Daniel Maio
En la clase del sábado 21 de marzo del 2015 impartida por Fernando Prieto hemos conocido y aprendido de primera mano las experiencias y testimonios
reales que se viven a la hora de gestionar y organizar una exposición (un
evento), desde luego las clases del postgrado están en sintonía… Una exposición
debe ser organizada por un profesional.
Realizar una exposición, permite a una empresa u organización la
posibilidad de tener “visibilidad” ante sus públicos de interés. Es un momento
idóneo para comunicar tanto producto, como proyecto y mensaje. Es importante tener presente que si el objetivo final del evento es la
marca, entonces todas las acciones que se van a realizar deberían tratar de
repercutir a nivel nacional.
Fernando nos contó varias
de sus vivencias, todas relacionadas con ese enigmático edificio de
cristal, brillante e inclinado, que yace frente a los jardines de Méndez Núñez
de La Coruña. Escuchamos relatos fascinantes, por lo menos para aquellos que
vivimos en la ciudad desde el año 2008. Relatos que van desde los 3 años de retrasos
en la construcción de la edificación, por culpa de una super piedra gigante que
fue encontrada en la base del edificio y que tuvo que ser disminuida con
productos químicos, pasando por la complicaciones del soporte y mantenimiento
de sus inclinados ascensores panorámicos, hasta llegar a los estándares de
climatización a los que todos los museos del mundo deben responder y que son testados mediante
auditorías trimestrales.

La cosa no quedó allí,
también escuchamos las historias que suceden tras bastidores cuando hay inundaciones,
o qué se necesita hacer para utilizar un montacargas para transportar seres
humanos o cómo controlar el movimiento de flujos de entrada y salida de
personas en eventos (importante recalcar si el auditorio se encuentra bajo
suelo) y por último, pero no menos importante, las acciones para “Controlar la
Foto”,es decir, cómo bloquear a determinadas personas para evitar el fenómeno
conocido como “Pirañas de las Fotos”, que no es más que evitar que personas sin
autorización aparezcan en fotos para ganar prestigio sin reconocimiento.
Es importante poner en relieve que por mucho que pensemos que todas las
exposiciones o eventos son idénticos, nunca serán iguales. Lo que sí es cierto
y siempre se cumplirá en cualquier circunstancia es que TODO IMPORTA… ¿Qué
quiere decir esto? que una mancha de café puede desmontar un evento por
completo y que es necesario SIEMPRE tratar al público con la deferencia que se
merecen.
Si bien no todas las exposiciones o eventos son idénticos, si existe un
esquema que podríamos tratar de implementar (y que en ocasiones puede variar)
pero es un punto de partida:
- Equipo
de Planificación
- Diseño
de Campaña
- Campaña
en Medios
- Presentación
a Prensa
- Inauguración
oficial
- Apertura
al Público
Como parte de la teoría
aprendida en clase nos encontramos con:
Clavo a Clavo: Si la obra de arte se traslada de un sitio a otro se
suele contratar un seguro para garantizar el perfecto mantenimiento del objeto
durante toda la duración de la exposición: desde la preparación hasta el
desmontaje. La póliza protege el transporte desde el lugar habitual
hasta que regresa al mismo, incluida la estancia en el museo o
galería y el proceso de embalaje y desembalaje. Siempre será el mismo equipo el
que realice el trabajo.
El Correo: Es esa persona que
siempre acompaña a las obras en todas sus estancias, esta persona es la
responsable de lo que suceda a la obra haciendo sobre todo hincapié en los
transportes de la misma.
Para
finalizar, nos explicaron un truco: si la exposición es larga, conviene hacer
un “refuerzo mediático” justo en la mitad de la duración del plazo para retomar
la audiencia y la importancia.
Algunos
protocolistas sueñan con un ascensor de cristal que da vueltas incesantes
dentro de una ola infinita… ¿Y tú, protocolista, con qué soñarás?

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